BALDOSA II, ‘ladrillo fino para solar’, origen incierto: sería verosímil que entraran en su formación el ár. balâƫ y la palabra romance LOSA, que circulaba entre los moros en su forma mozárabe láȬsa; quizá de un compuesto hispano-árabe balâƫ al-lausa ‘ladrillo o pavimento de losa’.
1.ª doc.: 1642, DHist.
Había yo pensado que dada la cuasi-sinonimia de baldosa con losa, sería razonable buscar un enlace etimológico entre los dos vocablos. Acaso un bes-losa con el prefijo BIS- que denota a menudo (aunque más en catalán o galorrománico que en castellano) lo aproximado o imperfecto. Asimilado en bel·losa con l geminada, ésta se cambia en ld en castellano; todavía tendríamos que admitir que en el paso de *beldosa a baldosa intervino el influjo de balde, baldío y su grupo. Combinación tan complicada cuando además parte de supuestos excepcionales como el de un derivado así en bes- y el de -sl- > -ld- no podrían convencer. La misma idea de relacionar con losa ha tenido Robert B. Skelton (Linguistics Internat. Review, La Haya, 1970, 57-67)2 y, combinándola con la etimología de Fokker y Steiger a base del ár. balâƫ, supone un «compuesto híbrido» balâƫ-losa ‘losa de pavimento’. En esta forma la idea sería claramente descaminada, pues aunque pasemos por tal hibridación, lo cual siempre repugna, el tipo y orden de composición que ahí supone el etimologista, por muy propio que sea de las lenguas germánicas y otras, es tan ajeno al árabe como al romance. Y sin embargo me parece que al Sr. Skelton habrá que reconocerle el mérito de haberse acercado a una solución defendible de este problema insoluble hasta ahora. Pero he aquí cómo creo que se debe modificar la idea. El compuesto pudo formarse con el mozárabe arabizado laȬsa ‘losa, pizarra, etc.’, de cuya vitalidad en Al-Andalus hemos reunido Simonet y yo (vid. LOSA) tantos testimonios, y se formaría no con carácter híbrido ni con sintaxis germánica, sino en vulgar hispano-árabe y con sintaxis netamente arábiga: balâƫ al-laȬsa ‘ladrillo, pavimento de losa’. El primer resultado romance de esta combinación tenía que ser *baladaldosa, con ƫ > d y l-l > ld, siendo ambas las evoluciones normales. El caso paralelo de balad al-laȬz > Badallauz > port. Badalhouce y cast. Badajoz (V. mis Top. Hesp. II, 256) nos advierte cuál es el fenómeno inminente y aun forzoso en una combinación así (y más en un intercambio bilingüe semita-romance): la haplología; *baladaldosa tenía que simplificarse casi fatalmente en baldosa. El resabio de vulgarismo morisco que esa historia fonética y semi-mozárabe dejaría en el vocablo debió de contribuir al retraso en su aceptación en la lengua correcta y en los escritos. El sentido de ‘pavimento de losas’ se conserva esencialmente en el catalán extremo-meridional de Monóver, donde baldosa es ‘acera de la calle’ («voravia, vorera», según el glos. de S. Guarner a L’oncle Canyís de J. Amo y A. Mtz. Ruiz, ed. 1973, p. 148).
DERIV.
Embaldosar, embaldosadura, embaldosado.
1 «En el umbral de mi casa / Hay una piedra baldosa, / Con un letrero que dice: / Principio quieren las cosas».― ↩
2 Aprovecho la ocasión para remitir a los demás trabajos que el Sr. Skelton ha dedicado últimamente a palabras de inicial bald-: en balde, BRAE 1971, 459-473; baldar, RPhilCal. XXV, 1971, 173-182; baldío, Folia Linguistica, La Haya, IV, 359-371. La actividad benemérita de Skelton exige que se tengan muy en cuenta sus aportaciones. Sin embargo a mi enteder ninguna de esas tres notas aporta más que pocas e inseguras novedades a cuestiones ya bastante aclaradas. No me ha parecido que ninguna se debiera introducir o agregar a los artículos de mi libro. ↩